Gracias a esto los encargados de desarrollar Gmail han logrado acortar el tiempo de carga reduciendo, entre algunas cosas, el número de cookies; además hicieron que todas las pequeñas imágenes de Gmail fueran capturadas por el caché del navegador utilizando una técnica llamada spriting, con la cual pueden convertir pequeños iconos en las meta-imágenes.
Ese es el gran secreto de Gmail. Una de las razones por las cuales uso más este servicio (incluso más que el correo de mi propio dominio, aquí entre nos, pero no se lo digan a nadie).
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