"No me alegra pero qué bueno", es lo único que me sale de mi profundo ser. La razón es que una empresa llamada i4i se le ocurrió hacer lo que Microsoft siempre hace, patentar algo que ya existía, y patentó el "sistema de documento que elimina la necesidad de insertar manualmente códigos de formato"; el lenguaje de descripción de páginas XML. Esta patente la registró en 1998, cuando desde 1996 se tiene datos de XML.
Pues como nadie patentó esto, i4i madrugó a Microsoft y ahora entabló una demanda en contra de el gigante de Redmond por infringir su patente con Office 2003 y 2007 o con todos sus productos capaces de abrir los formatos XML, DOCX, o DOCM, y por ello el juez Leonard Davis, de Texas, prohibió la venta en los Estados Unidos de cualquier aplicación capaz de abrir los mencionados formatos.
Además se le sentenció a Microsoft con una multa de 200 millones de dólares por compensación y otros 77 millones de dólares por otros conceptos. Si la gente quiere comprar Word o alguna versión de Office tendrán que comprarlo en México o en Canadá porque en Estados Unidos, no podrán adquirirlo.
Está por demás decir que Microsoft apelará la sentencia, pero de nuevo le han dado una cucharada de su propio chocolate.
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