Ya instalamos la nueva versión de Windows y me he llevado una grata sorpresa. La instalación es sumamente intuitiva, con un ambiente gráfico que hace más amigable la interacción con el usuario, sobre todo si el usuario no tiene mucha experiencia.
En la cuestión de el particionamiento del disco hay algunos detallitos que pudieran mejorarse pero en general fue, como les decía, muy agradable a comparación de la instalación tardadísimade Windows Vista y de la pantalla azul (a la cual ya me había acostumbrado) de Windows XP.
El sistema operativo es muy similar a Windows Vista, más bien es como un Windows XP corriendo un entorno KDE.
Lo que me pareció maravilloso y en lo que se habían tardado los muchachos de Microsoft, es en la cuestión de los controladores. Si no los tiene el sistema y contamos con conectividad a Internet, se realiza una búsqueda y automáticamente se bajan y se instalan.
El rendimiento es muy similar al Windows XP pero ya me encontré con 2 detalles, las aplicaciones que no corren y con controladores que no existen de periféricos un poco viejos.
En fin, en comparación de la calificación a Windows Vista al cual le ponía un 3 de 10, Windows 7 mejoró enormidades y ahora le daría un 7, como su nombre lo dice.
También tuve la oportunidad de instalar Ubuntu 9.10 y la impresión fue la misma. La instalación al igual que Windows 7, muy amigable y en un ambiente gráfico que lo facilita todo, pero para Ubuntu eso ya no es nuevo pues este sistema de instalación es el que ya nos tiene acostumbrado desde hace varios años.
No he podido probar el desempeño de Wine con las aplicaciones para Windows, pero he oído que ya avanzaron y a pasos enormes, tanto así que Wine corre ala perfección esos pseudo-antivirus con todo y sus molestos avisos pop-ups, con la diferencia que a Wine solo lo purgamos y asunto arreglado.
La estabilidad del sistema mejoró, siento yo que han ido poniendo a dieta a Ubuntu pues en algunas versiones ya estaba más robusto de lo necesario. De calificación le ponemos un 8.5, por lo tanto sube a 9.
Ya para finalizar, les puedo decir que el rendimiento de los equipos que preparé con Windows 7 y con Ubuntu 9.10 eran muy parecidos. El único detalle es que
Windows 7 lo instalé en un equipo con
procesador de doble núcleo AMD Athlon a 2.4, con 2 GB DDR2 en memoria y con disco duro de 120 GB y
Ubuntu 9.10 lo instalé en un equipo con procesador
AMD Athlon a 1.8, con un sólo núcleo, 1 GB DDR de memoria y un disco de 20 GB. La conclusión sobre cuál de los dos sistemas gana, creo que es enormemente clara.