Sony Vaio VGN-FS630F |
Apenas el martes pasado platicaba con mi cuñado y comentaba que la laptop estaba bien, sólo era un poco lenta en la navegación en Internet a lo que me dio luz verde para instalarle Ubuntu. Sin tardanza me di a la tarea de modificar la partición de Windows con Gparted desde el Live CD de Ubuntu 10.04 Lucid Lynx, haciéndole espacio al Lince Lúcido.
Instalamos Ubuntu 10.04, de hecho fue mi segunda instalación de esta versión (la primera fue fallida en mi equipo de escritorio ahora descansando en paz), pero debido a una combinación enmarañada de 3 discos SATA y 2 IDE tuve problemas con la instalación y por flojera regresé a Ubuntu 9.10.
En esta segunda instalación de Ubuntu 10.04 no tuve ningún problema, el sistema operativo se deslizó como cuchillo caliente en mantequilla dentro de la Sony VAIO que nos prestaron. El desempeño del equipo es infinitamente superior en Linux que en Windows, pareciera que cambiaras de equipo.
Ahora le dejé a mi cuñado un equipo con un sistema operativo preciso y precioso para su portátil y le dejamos Windows XP en una partición menor con un arranque dual.
En mi particular forma de ser auguro que cuando use ese equipo en contadas veces utilizaré Windows XP, volveremos a meter los sistemas de Microsoft al closet, al lado de mi equipo de escritorio que ahora descansa en paz esperando la llegada de una buena $$$entrada$$$ que lo despierte cual Frankestein pero a lo mejor con un procesador Quad.
En el tiempo que usé Windows XP de nuevo y Windows 7 les puedo afirmar que me deprimí. Depender de un sistema que "depende" a su vez de un buen antivirus me causa grima.
La línea de comandos me hace sentir más vivo. El software libre revitaliza. Ahora seguiremos publicando sobre las maravillas que podemos encontrar en este mundo del software libre.
Windicator |
Revivir un equipo como el mencionado y verlo trabajar a comparación de como lo hace en Windows XP les juro que reafirma el hecho de que "Windows me deprime".
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